La preparación correcta de las superficies es la fase preliminar, fundamental para el éxito de cualquier ciclo de trabajo en las operaciones de restauración estructural de estructuras de hormigón armado.

La técnica a adoptar debe elegirse de acuerdo con el tipo y el estado del sustrato, con el objetivo de garantizar una superficie adecuada para agarrar el producto a aplicar. La idoneidad se entiende principalmente en términos del sello mecánico de la adhesión al sustrato, estresado por las tensiones de interfaz (soporte/restauración) que se generan durante las fases de secado y maduración de las capas de restauración.

Por esta razón, siempre es absolutamente necesario obtener, a través de todos los procesos de preparación específicos, un sustrato sano, compacto, sin polvo y descontaminado.

A continuación, se muestra una lista de los sistemas de preparación más comunes:

Cepillo de alambre eléctrico

Martillo de aguja

Martillo y cincel

Martillo neumático

Consiste en tratar superficies con ácidos, bases, productos de limpieza o biocidas…

… al proporcionar una serie posterior de enjuagues, para eliminar manchas, sustancias oleosas, mohos, etc.

El arenado consiste en proyectar un material abrasivo (arena de sílice) en la superficie a alta presión, generalmente para áreas muy grandes. El tamaño y la dureza del abrasivo se eligen en relación con las características del sustrato y el material a eliminar. En el caso de arenado de hierro o partes de hierro, se utiliza arena de cuarzo de alta dureza.

El hidro-arenado consiste en proyectar simultáneamente un material abrasivo y agua bajo presión sobre una superficie. El agua promueve la solubilización de depósitos y sales y elimina el polvo que se determina como resultado del impacto del material abrasivo en la superficie. El tamaño y la dureza del abrasivo se eligen en relación con las características del sustrato y el material a eliminar.

El hidrolavado consiste en proyectar agua a presión (mayor de 150 bar) en la superficie para eliminar la pátina de suciedad, moho y piezas desmoronables e incoherentes.

La hidroescarificación consiste en proyectar agua a alta presión en la superficie (desde 800 bar hasta 2500 bar) incluso en áreas muy grandes, para eliminar capas, incluso importantes, de hormigón. Se pueden utilizar sistemas de robot con menor presión y mayor caudal o lanzas manuales con mayor presión y menor caudal.

El lijado consiste en producir una acción abrasiva con medios mecánicos, lo que permite eliminar la capa de superficie milimétrica eliminando la suciedad en general. La superficie también está rugosa para facilitar la adhesión de las capas posteriores.

Según el mismo principio de arenado, el granallado consiste en martillar «en frío» la superficie por medio de un chorro violento de arena metálica (reemplazando la arena) realizada con máquinas industriales sin usar agua y sin producir polvo (ciclo cerrado). La profundidad de abrasión está regulada por la velocidad de alimentación de 0.5 a 30 metros/min.

El abujardado consiste en la percusión vertical de las superficies por medio de martillos con puntos piramidales muy densos capaces de eliminar espesores variables de hasta 2 cm de profundidad Se puede hacer con equipos eléctricos…

… o se puede hacer con equipos robóticos.